El proyecto se basa en la filosofía de una fotografía a cada instante. Para lograr este objetivo, el edificio presenta en su fachada espejos, donde, a cada momento, se generan una cantidad infinita de imágenes; captando en su reflejo, al igual que en la fotografía, momentos únicos e irrepetibles.
Gracias al implemento del panel fotovoltaico, que se describe en profundidad más adelante, el proyecto se integra ahora y siempre en el contexto urbano, ya que, al reflejar el entorno inmediato, si este varía el edificio variará con él.
El paso de los años permite el nacimiento de nuevas formas de entender el entorno, al mismo tiempo que la historia y las imágenes del pasado conviven, formando parte de un único escaparate. Se rinde así tributo a la fotografía de Toni Catany, ya que su propia casa natal, se transforma, por medio de la arquitectura, en un objetivo por donde pasan miles de instantáneas cada día. No obstante, se hace esencial no perder la identidad del lugar. Aquí, tiene un carácter obligatorio recordar el motivo por el cual se realiza el concurso.