De esta forma se consigue resguardar a los espectadores de la radiación solar; así como de las precipitaciones que puedan darse. El diseño de dicha estructura se basa en pórticos de base metálica que van a generar un ritmo arquitectónico, alternándose entre sí; realizando pequeñas variaciones de inclinaciones y posiciones. Con ello se pretende generar una atmósfera dinámica dentro del espacio polideportivo. Con esto se consigue que la riqueza arquitectónica esté presente en el lugar y forme parte da su vez de las actividades que se realizan en su interior.
Más allá de las cuestiones estéticas y formales que adquiere la modulación propuesta, se busca como función un sistema de iluminación y ventilación cruzada. Esta se consigue mediante la variación de los pórticos. Tras estudio de las formas basado en variables como alturas, luces, huevos de ventilación y superficies; se establecen tres pórticos principales que se van a ir alterando entre sí. Esto da lugar a una dualidad entre estética y función.