9 de noviembre de 1989: cae el muro de Berlín

Aunque la historia dice que esta decisión se tomó a las 19.00 horas, para mi eran la una de la tarde, y estaba de camino a la universidad con el proyecto final de carrera en la mano.

Y me puse a llorar.

Porque aunque 30 años después todavía quedan muchos muros por hacer caer, la división alemana escenificada en Berlín era muy triste, historias de familias separadas por el ladrillo y el hormigón, grandes avenidas cortadas de la noche a la mañana, un pueblo unido dividido por los vencedores.

También fue emocionante ver como la Alemania occidental permitió que las primeras personas que atravesaran el muro fueran de la oriental. Nos vimos reflejados en esos abrazos de bienvenida.

Y no solo quedó en tirar el muro, también se demolieron las barreras económicas, laborales y de desigualdad en todos los sentidos, y para ello hicieron un gran esfuerzo, el mismo que hacemos todos por la familia, porque ese fue el gran acierto de la unificación, sentirse como una sola familia.

Tardaron dos años en dar por finalizada la demolición de los 156 kilómetros de muro, cerraron cicatrices, y crearon la “ley” que prohíbe hablar del tema, los trapos sucios de la familia se lavan solo en casa, sin necesidad de testigos de fuera.

Algo del muro dejaron, como quien dice para “no olvidarse”, y el resto fue troceado y vendido como souvenir a los turistas ingenuos que piensan que eso es un recuerdo para guardar.

La anécdota española la protagonizaron Carmen Maura y Pedro Almodovar, enfrentados sabe Dios por qué, y que en una entrega de los premios Goya del Cine Español, Carmen le trajo un pedacito del muro de Berlín al cineasta diciéndole “si ha caído este muro, también pueden caer las diferencias que nos separan” y tuvimos nuestra reconciliación de andar por casa.

Por nuestra parte, desde el Estudio de Arquitectura de Manuel Navarro, seguimos diseñando y construyendo proyectos innovadores. Recuerda, nos encontramos en Calle Victoria, 7, 2 i, 29012 Málaga. Arquitecto en Málaga.