El invierno cerca del mar
El invierno cerca del mar es un sueño para muchos, y una aspiración de cada temporada de vacaciones para los países nórdicos, donde nuestro invierno se parece mucho a sus veranos.
Sólo el sonido de las olas del mar, evoca un sinfín de sensaciones propias del relax, la calma, y la paz. A la hora de plantearnos tanto la posibilidad de una segunda vivienda o establecer nuestro lugar de residencia siempre salta la siguiente duda: ¿Cómo me beneficia vivir cerca del mar?
Bueno, en primer lugar, debes diferenciar en qué parte del espectro te encuentras y con qué posibilidades cuentas. La elección de compra de una casa siempre supone meditar a largo plazo, aunque es posible que hayas decidido ubicarla cerca del mar, sea porque adores la playa, o la tranquilidad, incluso con las dudas sobre qué beneficio va a reportar en el futuro.
La respuesta siempre va a ser la misma: Por supuesto que va a beneficiarte. Si tu ciudad es una ciudad costera o cercana al mar vas a contar con una mayor facilidad para incorporar a tu día a día una serie de rutinas relacionadas con el mar que a largo plazo te darán mayor bienestar.
Nuestro Cuerpo
Un cuerpo sano y una mente sana para una vida larga y una salud de acero. El ambiente influye mucho en la toma de decisiones o cómo nuestra rutina cuenta con la flexibilidad psicológica y física para soportar el día a día.
Una casa junto al mar hace más llevadero el proceso, e invita a cambiar rutinas gracias a su inigualable clima. Por ejemplo, la actividad deportiva a pie de playa, las mejoras respiratorias, o el agua del mar con sus propiedades curativas. Sin olvidarnos del propio aire, menos contaminado y amigable para quienes se ven afectados por problemas respiratorios. Aunque un atractivo que siempre va a estar presente va a ser sus impresionantes vistas.
“Bueno, ¿Y si sólo voy en vacaciones?”
No siempre hay que pensar a corto plazo si se va a hacer de una casa junto al mar nuestra residencia principal. Hay temporadas invernales que pueden verse como un factor negativo para su elección… No necesariamente habría de ser algo malo… si huyes de las aglomeraciones.
El estrés de nuestra actividad diaria en la ciudad o las urbes masificadas. Se diluye si nuestra casa es bañada por los atardeceres junto al mar. Estudios científicos demuestran que la brisa marina aumenta nuestra serotonina, el regulador de los receptores de estrés y ansiedad.
Déjate llevar por las olas, y haz de tu hogar el lugar perfecto para contemplarlas desde la ventana.
Por nuestra parte, desde el Estudio de Arquitectura de Manuel Navarro, seguimos diseñando y construyendo proyectos innovadores. Recuerda, nos encontramos en Calle Victoria, 7, 2 i, 29012 Málaga. Arquitecto en Málaga.