Los edificios, aunque hayan sido construidos con los materiales de más alto nivel de calidad y los mejores procedimientos, están igualmente expuestos al desgaste. Es importante conocer cuáles son las causas que aceleran el deterioro de los edificios. Las principales son:

  • El agua: las filtraciones de agua y la lluvia afectan considerablemente los muros o paredes de las construcciones. Incluso puede derivarse del subsuelo, generando desperfectos y desgaste de forma acelerada.
  • El viento: especialmente en los edificios más altos, aquellos que tienen más de 20 metros de altura. El viento es una causa de deterioro. Esto se debe a que genera vibraciones, las cuales impactan en la estructura de la construcción.
  • La temperatura: el cambio de temperatura tiene un fuerte impacto en el deterioro de los edificios. El calor genera la dilatación de los materiales haciendo que crezcan, mientras que el frío hace que se contraigan. Los cambios de temperatura más bruscos son los que más aceleran el proceso de deterioro.
  • La contaminación: los elementos presentes en la atmósfera producto de la contaminación. Hacen que se deterioren los edificios de forma acelerada, esto con mayor énfasis en los edificios de mayor antigüedad.
  • Elementos biológicos: los organismos vivos también hacen que el deterioro de un edificio sea más rápido. Las raíces de los árboles, por ejemplo, deterioran los cimientos. Las termitas son otro elemento que causan un daño incluso más rápido en aquellos edificios que cuenten con partes de madera.

Falta de supervisión y mantenimiento

Aunque todos los elementos anteriores son importantes causas que aceleran el deterioro de los edificios, una de las de mayor importancia es la falta de supervisión y mantenimiento. Cuando pasan los años y los edificios no son supervisados para encontrar cualquier desperfecto y aplicar el mantenimiento necesario, es posible que el desgaste sea aún más apresurado.