El mediador es aquel profesional que contribuye a la resolución de conflictos entre dos partes. Logrando una solución beneficiosa para todos. Esto gracias a que no representa a los implicados, es solo un intermediario quien garantiza las condiciones para la escucha activa en la mediación de conflictos.

Es decir, la función de un mediador es estar en el centro de los involucrados en el conflicto, sin juzgar o inclinarse por alguno de ellos. En todo momento se mantiene neutral e imparcial, hasta lograr una solución y durante este proceso, hace uso de la escucha activa.

¿Qué es la escucha activa en la mediación de conflictos?

Se trata del esfuerzo que hacen todos quienes se mantienen o forman parte del problema. Para captar por completo el mensaje que es emitido por el opuesto y lograr su correcta interpretación.

En este sentido, la escucha activa crea una conexión entre las partes del conflicto, reemplaza la ausencia de comunicación, la cual es una de las principales razones que conduce a los problemas. Es decir, es la mejor forma de entender o comprender la situación y los intereses de la otra parte. Ambos pueden ser y sentirse completamente escuchados y entendidos.

Por supuesto, el mediador es quien hace la gestión necesaria para que la escucha activa se lleve a cabo y ofrezca los resultados esperados. Ahora bien, la escucha activa implica varios pasos como:

  1. Centrar la total atención a la otra persona, con empatía y sin ningún tipo de prejuicios.
  2. Analizar la información escuchada, intentar comprender el mensaje de cada una de las palabras.
  3. Poner en práctica la retroalimentación, es fundamental parafrasear lo que dice el emisor para dejar claro que se entiende

En síntesis, la escucha activa en la mediación de conflictos resulta estupenda, contribuye a lograr el mejor ambiente para la negociación, además de mantener las condiciones para que las relaciones no se deterioren.